La Hipoacusia es la pérdida auditiva de superficial a moderada en uno o ambos oídos; esta pérdida es menor de 70 decibeles. Las personas con hipoacusia habitualmente utilizan el canal auditivo y el lenguaje oral para comunicarse, pueden oír incluso el llanto de un bebé o el ladrido de un perro. Se benefician del uso de auxiliares auditivos.
Es posible clasificar las hipoacusias de formas tales como:
Clasificación cuantitativa: según la cantidad de pérdida de audición.
Clasificación topográfica: con respecto al lugar donde asienta la lesión que produce el déficit.
Clasificación etiológica: de acuerdo con la etiología de la hipoacusia.
Clasificación locutiva: en relación con el lenguaje.
Clasificación cuantitativa: Existen pues muchas clasificaciones, la más didáctica a efectos prácticos sea quizas la clasificación cuantitativa, que establece los siguientes niveles:
Normoaudición: el umbral de audición tonal no sobrepasa los 20dB HL en la gama de frecuencias conversacionales.
Hipoacusia leve: Pérdida no superior a 40 dB para las frecuencias centrales.
Hipoacusia moderada: Pérdida comprendida entre 40 dB y 70 dB.
Hipoacusia grave: Pérdida comprendida entre 70 dB y 90 dB.
Hipoacusia profunda: Pérdida superior a 90 dB.
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